Aunque existe un alto porcentaje de usuarios de gafas graduadas que compatibilizan las monturas con el uso de lentillas, todavía son muchos los que no las usan por miedo a no saber colocarlas o incomodidad al llevarlas.
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Este miedo a manipular la lentilla es especialmente alto entre la gente joven, aunque pueda parecer lo contrario. En la óptica, durante el proceso de aprendizaje y mantenimiento de las lentes de contacto nos encontramos a muchos chicos y chicas que ya sea por practicar algún deporte o bien porque tras muchos años llevando gafas quieren verse de vez en cuando sin ellas, vienen acompañados con sus padres para incorporar las lentillas a su rutina de corrección visual.
La falta de seguridad, miedo a hacerse daño, a que se le mueva, caiga o no saber quitársela son los mayores temores de los adolescentes. Pero no es tan difícil como piensan y con una buena formación acompañada en la óptica con un optometrista en cuestión de una hora lo dominarán a la perfección.
Asimismo, otro perfil que nos encontramos con dudas para alternar el uso de lentillas son aquellas personas que hace años probaron a usarlas y no se sintieron a gusto llevándolas. Y a todas ellas, les decimos que ha llegado el momento de darles una segunda oportunidad. Los nuevos materiales y geometrías en la fabricación de lentes de contacto junto con una tecnología que avanza velozmente han permitido el desarrollo de gran variedad de soluciones personalizadas a cada paciente. Existen fórmulas para cada necesidad: diarias, semanales, mensuales, de alta hidratación, …
Pasos para adaptarte a tus nuevas lentillas
Lo esencial cuando se decide iniciarse en el uso de lentilla es sobre todo un correcto asesoramiento y formación sobre los usos de hábito y limpieza. En nuestra óptica acompañamos a todos nuestros clientes en este proceso. El primer paso, es la verificación de la graduación y cuestionario para saber las necesidades. Es muy importante saber el estilo de vida de cada paciente: cuantas horas trabaja y si lo hace frente al ordenador, ver si re ha variado la graduación respecto a las gafas que lleva, saber su estado de salud y si toma alguna medicación pues hay enfermedades y medicamentos que afectan la hidratación ocular o la córnea por ejemplo y es determinante saberlo para elegir el tipo de lentilla compatible y más cómoda.
El segundo paso, es el testeo de las lentillas prescritas. De manera gratuita para el paciente solicitamos una muestra de las lentes de contacto para el paciente. Con esta prueba, realizamos la formación. Disponemos de una zona especialmente dedicada a ello donde frente a un espejo y con todo el material necesario aprenderás a poner y quitar la lentilla, a saber, que la estás colocando correctamente, trucos para quitarla, mantenimiento y limpieza. Un proceso aproximadamente de una hora en la que cogerás confianza para iniciarte en su uso.
Y el tercer paso, si tras irte a casa con las lentillas y llevarlas unas cuantas horas, o incluso algún día más, te sientes cómod@ llevándolas, es el momento de pedir las lentillas definitivas e incorporarlas definitivamente. ¿y qué queremos decir con sentirse cómod@ llevándolas? Pues a no notarlas. Una lentilla bien colocada y adaptada a nuestras necesidades no debe sentirse. Debes sentir que no las llevas puestas.
Ventajas de las lentillas
Las lentes de contacto corrigen todos los problemas visuales al igual que las gafas; miopía, hipermetropía, presbicia o astigmatismo, con el valor añadido que ofrecen una mayor amplitud de campo visual. Al elminiarse la montura, no hay barreras o interferencias visuales entre nuestros ojos y el entorno. Por ello son muy recomendadas en la práctica deportiva, mejorando el rendimiento y experiencia visual.
En verano, debido al mayor uso de gafas de sol, deporte al aire libre y ocio en piscina y playa es uno de los momentos en los que más demanda de lentillas hay. Tanto para usuarios existentes como nuevos.
Pero también es el momento en el cual abusamos más de ellas llevándolas más horas de las debidas o descuidando un poco la higiene. Para todos aquellos que quieren usar lentillas por primera vez os recomendamos no incorporarlas a las puertas de vacaciones para evitar un mal uso, irritación ocular o incluso perdida de las lentillas (sea por falta de rutina o caerse bajo el agua) os recomendamos adelantar su incorporación a primavera para así estar totalmente habituados en el protocolo llegado el verano.
Lentes de contacto a cualquier edad
No existe ninguna contraindicación para el uso de lentilla en niñ@s. De hecho, no existe una edad mínima para iniciarse en su uso como afirma el Consejo General de Colegios de Ópticos-Optometrista Es más un tema de madurez del niñ@. Desde el momento en que saben vestirse solos, si son lo suficientemente maduros y conscientes para hacerlo solos podrían llevar lentillas. A veces incluso se utilizan las lentillas en niñ@s para corregir algún problema visual.
Como no llevarlas
Y sobre todo, recuerda. Las lentillas no tienen que notarse. Así que ante cualquier molestia es importantísimo visitar a tu óptico para realizar una revisión. Incluso si usas lentillas desde hace muchos años y no has realizado ningún cambio de hábito o rutina, no te confíes y pasa por tu óptica.
Los motivos más comunes por los que de repente pueden aparecer molestias son:
- Más horas de trabajo
- Más horas de lo habitual llevando las lentes de contacto
- Cambio de maquillaje o tratamiento de belleza que haya podido irritar el ojo. Por ello siempre recomendamos uso de mascara de pestañas, sombras y lápices de ojo naturales y/o hipo alergénicos especialmente a las personas con alta sensibilidad cutánea.
- Ha cambiado tu graduación
- Falta de limpieza o de cambio de la solución de limpieza (el líquido de lentillas debe cambiarse después de cada uso.
pero aun así si sientes que tu ojo se reseca, que no respira correctamente, notas la lentilla más pegada al ojo debido a la falta de hidratación, consultado con tu óptico para valorar si es necesario incorporar algún producto o cambio.