Los que usamos gafas, sabemos lo incómodo que resulta que se resbalen, llevarlas torcidas o notarlas sueltas. Aunque la gran mayoría de problemas de ajuste vienen dados por el uso, es esencial tener en cuenta, ya desde el momento de la elección de la montura, que la gafa que estamos eligiendo sea adecuada a nuestro rostro.

Primer paso para un buen ajuste: gafas adecuadas para nuestro rostro, como nos deben quedar.

Para evitar que desde el primer día de llevarla, nuestras gafas queden mal ajustadas y empiecen a resultarnos incómodas, hay que tener en cuenta lo siguiente:

  • En el caso de las gafas de pasta, el puente debe encajar con la forma de la nariz sin que quede ningún hueco, excepto si se trata de un puente de herradura o llave, que deberá quedar un hueco en la zona superior y quedar apoyado sólo por los laterales de la nariz.

  • En el caso de las gafas metálicas, el sistema de apoyo recae solo sobre dos puntos: las plaquetas.

  • Las varillas deberán quedar curvadas acorde con la forma de la oreja, reposando en el hueso temporal, a excepción de las que son rectas y envuelven la cabeza.

  • La varilla no debe presionar las sienes, lo ideal es que haya una pequeña separación, sin llegar a quedar demasiado ancha. En ángulo entre frente y varilla es de 90º.

gafas según rostro

Para escoger la montura más cómoda y más acorde a nuestra fisionomía, lo ideal siempre será dejarnos aconsejar por un profesional. 

Ahora bien, a pesar de llevar la gafa adecuada siempre pueden existir pequeños desajustes, ya sea por el uso, malos hábitos, por el mal trato, por accidentes que pueda haber sufrido o incluso asimetrías del rostro… Si esto sucede, es fundamental acudir a tu óptica de confianza para que te las ajusten con las herramientas adecuadas. Existen miles de tutoriales en youtube sobre cómo reajustar la gafa uno mismo en casa sin tener que desplazarse a ningún centro óptico, pero nosotros desaconsejamos seguir estas prácticas pues las gafas necesitan ser manipuladas con el instrumental necesario. Por ejemplo, hemos encontrado miles de videos usando secadores o agua hirviendo para calentar las varillas y poder ajustarlas a la oreja. Pero estas son fuentes de calor muy dispersas y más altas de lo recomendable pudiendo dañar el material, deformándolo o incluso partiéndolo. Asimismo, hay tutoriales que presionan los laterales del frente para curvar la gafa y eso puede partir el puente. Por tanto, nuestra recomendación:

  • Si lo único que necesita tu gafa es apretar un tornillo, puedes realizarlo tu mism@ en casa con la ayuda de un destornillador especifico

  • El resto de ajustes, deben realizarse en un centro óptico por un profesional. Además, manipulando tú la montura, en caso de rotura perderías de derecho a los 2 años de garantía por manipulación inadecuada.

¿Qué hábitos cotidianos deberíamos evitar para que no se nos desajusten las gafas?

  • Póntelas y quítatelas siempre con las dos manos. Por lo general, tenemos la mala costumbre de hacerlo con una mano (los diestros con la derecha y los zurdos con la izquierda). Esto suele hacer que las varillas se acaben abriendo y cediendo de un lado, lo que hará que si la varilla tiene el sistema ‘’flexo’’ se acabe rompiendo.
  • No te las pongas en la cabeza a modo ‘’diadema’’. Ambas varillas quedarán abiertas y la gafa acabará resbalándose cuando te la pongas en su sitio.
  • Al limpiarlas solemos cogerla por el aro contrario, eso hace que el puente quede presionado y se acabe partiendo. Será mejor cogerlas por el mismo aro de la lente que vayamos a limpiar.
  • Si no usas las gafas todo el día, cuando no las necesites guárdalas en su funda para evitar golpes no deseados. Un accidente muy común es sentarse encima de ellas.
  • Evita quedarte dormido con ellas. Es uno de los errores más comunes que cometemos. De esta manera las gafas sufren desajustes considerables que pueden acabar en rotura.

como limpiar mis gafas

¿Cuándo debo acudir a la óptica a ajustar mis gafas?

  • Cuando notes que se te resbalen. Bastará con un pequeño retoque de varillas para que vuelvan a quedar fijas en el sitio correcto. Deben quedar bien fijas en el punto más alto de nuestra nariz. Así estaremos mirando justo por el centro óptico de las lentes y evitaremos efectos prismáticos. Un error de centraje estaría perjudicando nuestra visión.
  • Cuando las varillas estén muy abiertas. La posición correcta de las varillas es formando un ángulo de 90º respecto el frontal de la gafa. 
  • Cuando notes que las varillas estén flojas. Este ajuste es uno de los pocos que podrían hacer en casa sin necesidad de acudir a una óptica. Con la ayuda de un destornillador adecuado para gafas, apretar los tornillos situados en la parte superior o inferior de éstas según esté ubicada la cabeza del tornillo. Ajusta las bisagras para que no bailen pero sin ajustar demasiado para permitir abrir y cerrar las varillas sin ejercer fuerza o presión.  Con este pequeño retoque notarás mejora.
  • En el caso de la gafa metálica: cuando las plaquetas estén rotas o bien abiertas y notes que la gafa te quede demasiado baja. Es un ajuste rápido y fácil pero siempre debe realizarlo un profesional para evitar romper el portaplaquetas ya que es una pieza delicada. El óptico también sabrá exactamente qué apertura necesita para que el centro óptico de las lentes quede a la altura de tus pupilas.
  • Cuando notes que la montura no está recta, mirándote al espejo. Hay que mirar que la montura esté recta tomando como referencia la parte inferior y no las cejas ya que estas no suelen ser simétricas.

manipular gafas

Recuerda no manipular tu gafa en casa para evitar roturas, y acudir siempre a tu óptica de confianza. Los profesionales, ópticos – optometristas, sabrán perfectamente cómo ajustarlas acorde a tus necesidades.