Normalmente acudimos al óptico u oftalmólogo cuando sentimos alguna molestia o falta de visión. No obstante, este es un comportamiento que todos deberíamos corregir. Igual que realizamos una visita anual al dentista, ginecólogo u otros especialistas, la vista también debería revisarse de forma periódica. Por tanto, no solo deberíamos acudir para solucionar un problema o hacer seguimiento una vez detectado. La clave realmente está en la prevención y por tanto a partir de unos exámenes visuales continuados en el tiempo poder detectar cualquier problema ocular de forma temprana.

Además, una visita al óptico no solo sirve para saber si necesitas gafas, los exámenes visuales también son esenciales para diagnosticar enfermedades que pueden dañar la visión como cataratas, glaucoma o presión ocular elevada. Y en el caso de los niños, es fundamental para asegurar una buena formación del sistema visual y en especial durante el proceso de aprendizaje de la lectoescritura verificar que cualquier dificultad en el aprendizaje no sea provocada por algún defecto ocular y consecuentemente, la necesidad de aplicar corrección o terapia visual.

doctora realizando revisión de la vista a una paciente

Por normal general, lo recomendables es revisarse la vista una vez al año aunque dependiendo de la edad puede llegar a ser cada dos años y en cambio, si existen antecedentes familiares con patologías oculares necesitar controles más recurrentes semestralmente. Según tu edad, esto es lo recomendable:

  • Niños: Una vez al año. A partir de los 4 años el examen visual puede realizarlo un óptico-optometrista. Antes se requiere una prueba de detección precoz que se suele realizar en la consulta del pediatra. Es de suma importancia no pasar por alto la revisión ocular de los niños pues unos ojos sanos son vitales para su correcto desarrollo y aprendizaje.
  • Adolescentes: Entre los 13-15 años suelen aparecer problemas como la miopía manteniendo una visión de cerca impecable pero surgiendo una dificultad de enfoque y nitidez al mirar a lo lejos. En esta etapa es recomendable seguir con las revisiones anuales hasta los 20 años. Si con esa edad no se ha detectado ningún problema, los controles pueden pasar a ser cada 2 años.
  • Adultos: A partir de los 30 los exámenes visuales deben ser de nuevo anuales. Es el momento de controlar otros factores como la tensión intraocular o la agudeza visual, cada vez más importantes de chequear a medida que nuestro sistema visual va envejeciendo.

¿Cómo saber si necesitas gafas?

Las revisiones de la vista son unas serie de pruebas sencillas no invasivas que puedes realizar fácilmente en una óptica, siempre de la mano de un óptico optometrista titulado, y que te servirán para saber si necesitas llevar gafas. Como hemos comentado anteriormente, son muchas las personas que hasta que no sienten una bajada en su calidad visual no acuden a revisar la vista cuando lo ideal es hacerlo periódicamente para realizar una labor de prevención y diagnóstico temprano.

Esto también ocurre con las personas que ya llevan prescripción. De repente sienten que no ven lo suficientemente bien con sus gafas y lo más común es que haya habido algún cambio en las dioptrías siendo necesario adaptar cristales y/o lentillas con la nueva graduación.

hombre realizándose una revisión de la vista

¿Cuál es el mejor momento para graduarte la vista?

Aunque no existe una hora o momento ideal para graduar la vista claramente factores como cansancio, falta de sueño o estrés pueden afectar ligeramente el resultado de un examen visual. Por ello, siempre que las circunstancias lo permitan, es preferible venir lo más “frescos” posibles y evitar hacerlo a última hora de un día que ha sido especialmente agotador, jornadas maratonianas de estudio o situaciones de sobre esfuerzo similares.

Nunca venir a graduarse con las lentillas puestas. Siempre trae tus últimas gafas.

Las lentes de contacto ejercen presión sobre la córnea y la “deforman”. Por ello el resultado no es fiable y es necesario revisar el ojo sin los efectos de las lentillas. Lo más recomendable es no usarlas 24 horas previas a un examen visual. Y si no pudiera darse el caso, al menos no habiéndolas llevado más de 2 horas ese mismo día siendo conscientes que tras retirarlas deberemos esperar unos 30 minutos hasta poder graduarnos.

Asimismo, en caso de ya llevar gafas (y sobre todo si no vas a tu óptico habitual) traer contigo tu última montura para poder ver la graduación actual y así tener un punto de partida sobre tu salud visual antes de proceder al nuevo examen.